“Octubre, mes rosa” convoca e interpela a las mujeres y a la sociedad toda.
Convoca a difundir, concientizar y acudir a los chequeos y controles específicos, porque la detección temprana es vital para tratar con éxito el cáncer de mama.
Interpela porque es urgente propiciar el acceso a programas preventivos para todas las mujeres argentinas cualquiera sea su condición social o emplazamiento geográfico.
“Octubre, mes rosa” fue instituido en 1985 por la American Cancer Society precisamente para sensibilizar y crear conciencia acerca del cáncer de mama, patología que es la principal causa de mortalidad femenina en el mundo. En tanto que, tres años después, en 1988 la Organización Mundial de la Salud –OMS- estableció el 19 de octubre como el Día Mundial contra el Cáncer de Mama.
La lucha contra este flagelo para las mujeres requiere, como todas las luchas, determinación de sus propias protagonistas e implementación por parte de los sistemas de salud de programas preventivos asequibles y accesibles.
En la OSFATLyF tenemos una larga trayectoria en programas de prevención del cáncer de mama, de las enfermedades ginecológicas y en el cuidado integral de la salud de la mujer y de la familia en toda la geografía nacional.
Según estudios recientes, el cáncer de mama junto al cáncer de cuello de útero, figuran entre los tumores más frecuentes que afectan a las mujeres en Argentina. Ambos superan la media regional en tasas de prevalencia, lo que ubica al país en el tercer y quinto lugar de América Latina, respectivamente. De acuerdo con el informe de referencia; “Reducir la brecha de equidad”, elaborado por The Economist Impact, la prevalencia del cáncer de mama en nuestro país alcanzó 675,9 por cada 100.000 mujeres, frente a 463,5 en los países vecinos.
Si bien se registran importantes avances en diagnóstico, tratamiento y campañas de concientización, las estadísticas son claras y el cáncer de mama avanza de modo considerable denotando, también, diferencias en cuanto al acceso a controles y tratamientos según el nivel socioeconómico, la cobertura médica y la zona geográfica. Los relevamientos indican que las mujeres con bajos o escasos ingresos tienen menos posibilidades de realizarse controles de rutina y muchas reciben el diagnóstico en fases avanzadas, cuando las alternativas terapéuticas son más limitadas. La inequidad convierte al cáncer en un desafío tanto sanitario como social.
Aquí volvemos sobre un lineamiento básico que rige la labor de Luz y Fuerza y de la OSFATLyF; “somos todos”, donde quiera que nuestros afiliados estén.
Tenemos la certeza, tal como lo esgrimió el primer Ministro de Salud de la Nación, el Dr. Ramón Carrillo, que “Todos los hombres tienen igual derecho a la vida y a la salud” y que “De nada sirven las conquistas de la técnica médica si ésta no puede llegar al pueblo por los medios adecuados”; somos una organización cuya naturaleza e identidad es la política sindical, la política social por ello, la política sanitaria, los programas de prevención y la calidad de prestaciones es una realidad. Porque, tal como también afirmaba el Dr. Carrillo: “No puede haber política sanitaria sin política social”.
La detección temprana del cáncer de mama incrementa las posibilidades de cura.
La consulta, el control médico específico, una mamografía a tiempo y el hábito del autoexamen pueden ser el puente para una vida sana y plena.
Factores de riesgo y prevención
Si bien se desconocen las causas del cáncer de mama se reconoce que algunos factores, entre ellos los hábitos de vida, aumentan el riesgo de enfermar.
Aunque existen factores de riesgo no modificables, como la historia familiar y la genética, una proporción significativa de casos están asociados a hábitos de vida y factores ambientales.
Estos son los principales factores de riesgo y estrategias de prevención.
- Historia Familiar y Genética: Las mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama, especialmente en familiares de primer grado, tienen un mayor riesgo. Mutaciones en genes como BRCA1 y BRCA2 lo aumentan significativamente.
- Edad: Las probabilidades de desarrollar cáncer de mama aumentan con la edad, siendo más común en mujeres mayores de 50 años.
- Estilo de Vida: Las dietas ricas en grasas saturadas y carnes rojas elevarían el riesgo, en tanto que una alimentación rica en frutas, verduras y fibras podría tener un efecto protector. La inactividad física, el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo son también conocidos factores que propiciarían la enfermedad.
- Factores Reproductivos y Hormonales. Menarquia Temprana y Menopausia Tardía: Un mayor número de ciclos menstruales a lo largo de la vida aumenta el riesgo. Del mismo modo que el uso prolongado de terapia hormonal.
Insistimos que, la detección temprana y oportuna es clave en la prevención y tratamiento precoz. Entre las estrategias de prevención apuntamos:
- Consulta y control ginecológico periódico y mamografía como herramienta clave para exploración y detección temprana del cáncer de mama. Se recomienda realizar mamografías anuales o bianuales a partir de los 40 años, dependiendo de los factores de riesgo individuales y de la prescripción médica.
- Estilo de Vida Saludable que contemple alimentación balanceada, actividad física regular, evitar el consumo de tabaco y alcohol.

