Cada año, el tercer sábado de septiembre se celebra el Día Mundial del Donante de Médula Ósea y Sangre de Cordón Umbilical, por iniciativa de la Asociación Mundial de Registros de Donantes de Médula Ósea (WMDA). Esta fecha tiene un doble propósito: agradecer a las personas donantes en todo el mundo y generar conciencia sobre la importancia de registrarse para salvar vidas.

El impacto de la donación

El trasplante de células progenitoras hematopoyéticas (CPH) puede ser la única opción de tratamiento para cientos de personas diagnosticadas cada año con enfermedades graves como leucemias, linfomas, mieloma múltiple, anemias severas, enfermedades genéticas de la sangre o incluso algunos trastornos autoinmunes.

Sin embargo, solo 1 de cada 4 pacientes encuentra un donante compatible dentro de su familia. Para el resto, la posibilidad de acceder a un trasplante depende de la solidaridad de personas voluntarias inscriptas en los registros nacionales e internacionales.

En este sentido, desde 2003 el Registro Nacional de Donantes de CPH, creado por el Ministerio de Salud y gestionado por el INCUCAI, garantiza que pacientes argentinos puedan recibir un trasplante en el país, sin necesidad de viajar al exterior. Desde su puesta en marcha, ya se realizaron más de 1.700 trasplantes gracias a donantes locales e internacionales.

La donación se sostiene en un principio clave: la solidaridad internacional. Los registros están interconectados a nivel global, de manera que cualquier paciente, viva donde viva, puede tener las mismas oportunidades de encontrar un donante compatible.

Cómo convertirse en donante

Para inscribirse en el Registro Nacional se requiere:

  • Tener entre 18 y 40 años.
  • Gozar de buen estado de salud.
  • Pesar más de 50 kilos.

La inscripción se realiza en los centros de donación de sangre habilitados en todo el país. Allí, al donar sangre, se puede expresar el consentimiento para ingresar al Registro.

La compatibilidad se determina mediante el estudio del sistema HLA (Antígenos Leucocitarios Humanos). Solo si existe coincidencia genética con un paciente, el donante es convocado para realizar el procedimiento.

Un gesto que salva vidas

En el mundo, más de 28 millones de personas ya están inscriptas como donantes de médula, junto con más de 650.000 unidades de sangre de cordón umbilical almacenadas. Cada inscripción amplía las posibilidades de que alguien, en algún lugar, reciba una segunda oportunidad de vida.

Donar médula ósea o sangre de cordón umbilical es un acto voluntario, solidario y profundamente transformador: un solo donante puede ser la esperanza que cambie la historia de un paciente y su familia.