Cada 12 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Obesidad, una jornada destinada a concientizar, informar y promover acciones para prevenir y abordar la obesidad en todas las etapas de la vida.
La fecha fue impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de Obesidad (WOF) con el propósito de visibilizar los riesgos asociados, promover la prevención y el tratamiento, y combatir la discriminación vinculada a esta enfermedad.
La obesidad y el sobrepeso se definen como una acumulación excesiva de grasa corporal que puede afectar la salud y aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, trastornos osteoarticulares y algunos tipos de cáncer.
En la infancia y la adolescencia, además, incrementa la probabilidad de persistir en la adultez y de generar efectos emocionales y sociales.
En Argentina, la obesidad alcanza al 25% de la población adulta y el 36,3% presenta sobrepeso, según un relevamiento del Hospital de Clínicas de la UBA, que también evidenció una estrecha relación entre estos cuadros y otros problemas de salud.
¿Cómo se diagnostica?
En adultos se utiliza el Índice de Masa Corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso (kg) por la altura (m) al cuadrado.
En niñas, niños y adolescentes, la evaluación se realiza en relación con las curvas de crecimiento de la OMS, considerando edad y sexo.
Menores de 5 años:
- Sobrepeso: > 2 desvíos estándar
- Obesidad: > 3 desvíos estándar
Entre 5 y 19 años:
- Sobrepeso: IMC > 1 desvío estándar
- Obesidad: IMC > 2 desvíos estándar
Prevención y promoción de la salud
La obesidad no es un problema individual, sino un desafío de salud pública que atraviesa aspectos sociales, económicos, culturales y ambientales.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) impulsa políticas y estrategias que incluyen:
- Promoción de la lactancia materna y la alimentación saludable desde los primeros años.
- Entornos escolares que favorezcan comidas nutritivas y actividad física.
- Regulación de la publicidad, etiquetado frontal y medidas fiscales para alimentos ultraprocesados.
- Programas integrales de salud en el primer nivel de atención.
- Acceso a información clara y acompañamiento profesional.
Prevenir la obesidad requiere un trabajo multisectorial, donde el cuidado de la salud se acompañe desde las familias, escuelas, espacios comunitarios y políticas públicas.
Para tener en cuenta en la vida cotidiana
- Elegir alimentos frescos, priorizando frutas, verduras, legumbres y agua.
- Reducir bebidas azucaradas y productos ultraprocesados.
- Promover el movimiento diario: caminar, jugar, moverse cada día.
- Evitar el sedentarismo prolongado (pantallas).
- Realizar controles pediátricos y clínicos regulares.
Construir entornos que favorezcan hábitos saludables es una tarea colectiva.

